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Portada de los Anales de la F.A.M.H.A para su Tercer Congreso en  Buenos Aires, en el Círculo Oficiales de Mar , del 25 al 
28/10/2000 en Buenos Aires 

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 Hoja interior de los Anales de la F.A.M.H.A para su Tercer  Congreso en Buenos Aires, en el Círculo Oficiales de Mar , del 25  al 28/10/ 2000 en Buenos Aires , en la cual se ve que el trabajo de  los autores fue expuesto.

Dr. Jorge López Seco, Profesor Titular de Homeopatía Veterinaria de la A.M .H.A.
Dr. Hugo von Bernard, Docente de la Facultad de Veterinaria de la U.B .A.
Curt Mayer, Técnico Químico

TRABAJO N°8

" LA ELECTRODINAMICA CUANTICA Y LA HOMEOPATIA "

Resumen

Existe un antagonismo entre dos posiciones médicas opuestas, una de las cuales sostiene que el origen de las enfermedades del ser humano reside en el alma/mente, mientras que la otra sostiene que tan sólo la influencia genética y la estructura molecular del cuerpo son las causas de las enfermedades. Los autores muestran que únicamente una combinación de ambos puntos de vista es capaz de explicar todos los hechos observados. Son conocidas las bases científicas del punto de vista organicista y aquí mostramos que la electrodinámica cuántica es capaz de suministrar un modelo físico de la capa más externa del alma/mente. El modelo permite describir los posibles mecanismos a través de los cuales el alma/mente cogobierna al cuerpo conjuntamente con los genes. El vínculo entre el alma/mente y la materia resultaría ser la materia virtual descubierta por la electrodinámica cuántica. Describimos algunos de los posibles mecanismos mediante los cuales las partículas virtuales acoplan al alma/mente con la materia molecular. Teniendo en cuenta la naturaleza de estos mecanismos, logramos definir científicamente a la fuerza vital, lo que a su vez permite discriminar a los distintos factores que intervienen en el origen y desarrollo de las enfermedades. Entre los factores cuya naturaleza puede aclararse de esta manera se encuentran los miasmas; también permite entender como el remedio homeopático interviene en una enfermedad.

Palabras clave: electrodinámica cuántica, alma/mente, partícula virtual

Summary

There are two antagonistic points of view in medicine. One of them states that the true root of human sickness resides in the soul/mind, while the other states that only the genetic influence and the molecular structure of the body is responsible for sickness. The authors show that only a combination of both of viewpoints can explain all the known facts. The scientific bases of the molecular point of view are currently known, and here we show that quantum electrodynamics is able to provide a physical model of the external layer of the soul/mind. This model allows as to describe possible mechanisms by which the mind, together with the genes, cogoverns the molecular behaviour in the body. The link between mind and matter turns out to be the virtual matter discovered by quantum electrodynamics. We describe some of the possible mechanisms by which virtual particles couple the soul/mind with the molecular matter The understanding of the nature of this mechanisms enables us to give a scientific definition of vital force, which in turn allows us to distinguish the different factors which intervene in the origin and development of diseases. Among this factors, whose nature are thus clarified, are the miasmas; it also enables us to understand how homeopathic medicine intercedes in a disease.

Keywords: quantum electrodynamics, soul/mind, virtual particles, homeopathy

1. Introducción

Según Hahnemann (1, Prólogo, p.26): “El verdadero arte de curar es aquella ocupación que surge del más elevado espíritu humano, de la libre reflexión y de la razón que busca las causas. Cuando la fuerza vital instintiva, que carece de razón y conciencia, pero que es automáticamente energetizante, ha sido inducida por una enfermedad a adoptar una conducta anormal, entonces la misma debe ser inducida a cambiar su conducta mediante una medicina homeopática que ejerza una acción medicamentosa similar a la que padecía, que enferma medicamentosamente a la fuerza vital aún un poco mas que antes” y continúa en (1, § 9 , p.39): ” El estado de salud del ser humano es gobernado sin restricciones por la fuerza vital de carácter espiritual la cual como capacidad dinámica anima al cuerpo material. En un admirable y armónico desenvolvimiento de la vida ella mantiene unidas a todas sus partes, a sus emociones y actividades, de tal manera que el espíritu racional que nos habita pueda usar este instrumento vivo y sano para cumplir con los superiores fines de nuestra existencia. Y en la nota de pie de página del § 22 dice: Pero "la fuerza vital es solo intintiva y carece de razón ........................”

Las afirmaciones de Hahnemann que hemos transcripto contienen una aparente contradicción que en realidad contiene un profundo conocimiento de la naturaleza del ser humano. En el § 9 le atribuye a la fuerza vital propiedades espirituales (el texto dice “geistartig”, o sea “de la misma especie que el espíritu”) pero también afirma que “es sólo instintiva y carece de razón” en la nota de pie de pág del § 22 y en 1, Prólogo, p.26.

Esta contradicción puede observarse en todo el pensamiento médico, en el cual existen dos corrientes filosóficas contrapuestas. Una de ellas sostiene que lo más importante en el hombre es su espíritu o alma, en la cual se gestan los desequilibrios que luego se manifiestan en el cuerpo. La segunda tendencia niega al alma, y como para esta corriente de pensamiento el espiritu humano no existe, suponen que todo el pensamiento humano es sólo el producto de la compleja evolución que durante millones de años han tenido nuestras neuronas.

Este conflicto también se ha trasladado a la homeopatía, donde algunos autores, como Kent (2), Paschero y otros, basados en la filosofía espiritualista de Swedenborg, afirman que lo primordial a curar en el paciente son los síntomas mentales, y que curados estos desaparece la enfermedad. La tendencia organicista en cambio niega al alma, y para estos autores sólo deben tenerse en cuenta los síntomas locales modalizados de la patología que aqueja al paciente.

Actualmente esta controversia filosófica puede ser derimida mediante los adelantos que la física ha alcanzado en los últimos años. La solución de la contradicción es que AMBAS OPINIONES TIENEN RAZON. No se puede negar la importancia de la combinación genética que ocurre durante la concepción en el desempeño biológico ulterior de nuestro cuerpo. Añádase el efecto de las agresiones moleculares del medio ambiente que pueden crear perturbaciones termodinámicas mayores que l c (14, p.19), de la alimentación inadecuada, el ataque de virus, bacterias y parásitos patógenos, la influencia de la historia molecular del organismo (vacunas, enfermedades previas) y nos encontramos ante un conjunto de factores que son causas preponderantemente orgánicas de las enfermedades.

Pero por el otro lado, del análisis epistemológico de la fisica actual surge que la estructura del mundo que nos rodea es tal que no sólo posibilita la existencia de un ente como el espíritu humano, sino que también permite describir los posibles mecanismos a través de los cuales este espíritu cogobierna - junto con los genes - al organismo, por lo cual su funcionamiento inadecuado se convierte en una causa puramente espiritual/mental de las enfermedades. Estas dos estructuras del ser humano ya están mencionadas en la Biblia (3); en Genesis 2,7 dice ”Y procedió Dios a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente”. El “polvo del suelo” son las moléculas y el “aliento de vida” es nuestra alma. El ser humano es una INTEGRACION de cuerpo y alma en la cual, como demostraremos en lo que sigue, una enfermedad puede tener su origen o en el alma/ mente, o en el cuerpo o en ambos, porque estas dos entidades forman durante la vida una sola unidad, donde se influyen mutuamente.

2. Epistemología física

En el siglo XIX la mecánica newtoniana era determinista y no dejaba ningún espacio para la existencia del alma.

En los años 1920 al 30 surge la mecánica ondulatoria y el principio de incertidumbre de Heisenberg, de acuerdo al cual la evolución de un sistema dinámico deja de ser totalmente predeterminada por sus parámetros físicos iniciales, o sea, su evolución se torna impredecible. Numerosos pensadores intentaron entonces “enganchar” la existencia del alma en este ámbito de libertad que la indeterminacion cuántica proporciona al sistema material. Pero estos intentos fracasaron porque la libertad que deja el principio de incertidumbre resultó demasiado pequeña para explicar movimientos musculares voluntarios (4, p. 246 a 249).

En las décadas del 50-70 se desarrolla la electrodinámica cuántica, la cual modifica fundamentalmente la visión de la física sobre el mundo que nos rodea. Hasta su advenimiento se suponía que el mundo consiste de materia y radiación - partículas con propiedades ondulatorias y ondas con propiedades de partícula - y de un marco espacio temporal euclídeo o curvo, pero totalmente vacio. Contrariamente, en el siglo XIX, un hipotético contenido del vacío fué llamado éter, y se suponía que este llenaba el espacio y era el sustrato sobre el cual se propagaban las ondas electromagnéticas. En ese entonces se discutió mucho sobre las extrañas propiedades que debía tener el éter. A fines del siglo XIX se ideó una experiencia para demostrar la existencia del éter, consistente en medir el comportamiento de la luz en zonas opuestas de la órbita terrestre, donde debería existir un viento también opuesto de éter. Estas experiencias fueron realizdas por Michelson y Morley (Fig.1), y el viento del éter no pudo ser detectado. Debido al resultado de estas experiencias, en 1904 el éter fue suprimido del pensamiento científico por la teoría de la relatividad, la que postula que el éter no existe y que el espacio está vacío.

Figura 1. Las experiencias de Michelson y Morley prueban que el movimiento de la tierra en el espacio y en relacioón al presunto éter que lo rellena no influye en la luz.

Las hasta ahora poco analizadas consecuencias epistemológicas de la electrodinamica cuántica vuelven a alterar esta concepción einsteinana de un espacio-tiempo vacío. Para la electrodinámica cuántica la materia se divide en dos clases de materia, una a la que llama “real” y otra a la que denomina “virtual”. La materia virtual puede existir debido al principio de incertidumbre, el cual posibilita pequeñas fluctuaciones de la energía y de la masa de un sistema sin que ello esté en contradicción con los principios de conservacion de la masa y la energia. Las particulas virtuales existen sólo dentro del margen de estas fluctuaciones porque cuanto más tiempo existe una particula virtual, mayor es la alteracion que produce en la energia de un sistema, por lo cual, al excederse el limite permitido por la indeterminacion cuántica, la particula virtual desaparece. Por eso el tiempo de existencia de las partículas virtuales es muy breve.

La electrodinámica cuántica supone que la mayoría de las partículas virtuales nacen del espacio “vacío” por un proceso de polarización (5, p.73 ) y luego se disuelven en él (Fig. 2).

 

Figura 2. Electrones, positones, quarks y gluones virtuales son generados a partir del espacio [reproducido de G. Van't Hooft (5)]

Al atribuirle de esta manera esta y otras propiedades al espacio-tiempo vacío, resulta que este ya no es un vacío total como lo postula la relatividad. Lo que ocurre es que el contenido del espacio “vacío” no puede ser observado con fotones y por lo tanto tampoco con fotones cuya longitud de onda corresponde a la luz visible para nuestro ojo. Si esto fuese posible, se violaría la ley de la constancia de la velocidad de la luz, hecho postulado por la relatividad y verificado por la experiencia. La causa más profunda de este hecho contradictorio - que algo existe pero nuestros sentidos no lo pueden observar - reside en que todo nuestro conocimiento sensorial y científico experimental verificable lo obtenemos a través de los cinco sentidos de nuestro cuerpo, compuesto por moléculas. Y el sentido más penetrante de este cuerpo molecular es el ojo, el cual interactúa con y analiza fotones de longitud de onda comprendida entre los 4 y 8 Angstroms. Los fotones se originan en el interior del átomo, permitiéndonos estudiar las propiedades de la materia y también son capaces de atravesar el espacio intergaláctico. El ojo supera en precisión y alcance a los otros cuatro sentidos (Fig.3)


Figura 3. El ojos es un analizador dinámico de fotones desde el rojo hasta el violeta pero no percibe lo que no emite ni refleja fotones - objetos invisibles - o es tan tenue que no interactúan con fotonoes: el "vacio" de Einstein.

y prácticamente todo nuestro conocimiento científico y cultural lo adquirimos por su intermedio. Así, todo lo que ni el ojo ni los otros sentidos perciben se nos aparece como “espacio vacío” y aunque el mismo posea un contenido del cual nacen las partículas virtuales, este contenido nos resulta inasible. A este “algo” invisible contenido en el espacio, el cual no es vibración electromagnética (fotones, luz) ni materia - pues en ese caso interactuaría con luz - pero que no obstante es la matriz que genera la materia virtual, nosotros lo denominamos “semimateria”. Esta semimateria es en realidad el sucesor actual del éter y también podríamos llamarla “éter cuántico”, pero generalmente preferimos no usar la palabra éter para evitar asociaciones con conceptos perimidos. La semimateria o “éter del siglo XX” tiene propiedades muy diferentes a las que se le atribuian al éter en el siglo XIX. Algunos autores (13) llaman a esta entidad simplemente “el campo universal” (13), pero el concepto que recalcamos aquí es que este campo posee las características de una materialidad distinta de la que habitualmente conocemos por nuestros sentidos.

Entonces, del análisis epistemológico que hemos hecho de la electrodinámica cuántica se deduce que la materia del mundo físico se divide en tres aspectos diferentes: materia real, materia virtual y semimateria o “éter cuántico” (Fig 4).

Figura 4. Las tres divisiones de la materia según la electrodinámica cuántica

3. La  mente actúa sobre la  semimateria y así influye en la materia

Las teorías sobre la mente anteriores a la electrodinámica cuántica no podían tomar en cuenta a la semimateria y por eso estaban obligadas a suponer que la mente espiritual posee, por lo menos en parte, una estructura material que posibilita su interacción con el mundo molecular. Algo a todas luces poco plausible y que fracasó. Aquí en cambio demostraremos que basta que la mente posea una estructura semimaterial para que sea capaz de actuar sobre la materia.

Pero, por otra parte, desde el punto de vista de las ciencias físicas no es posible entrar en consideraciones sobre los diversos planos constitucionales que los espiritualistas le atribuyan al alma y por eso nos limitamos a postular que el alma o mente posee una estructura en cuya constitución interviene la semimateria. Admitido esto, falta mostrar como un ente que no posee materia física pero sí semimateria puede influir sobre el devenir dinámico de un sistema molecular como lo es el organismo.

Aún antes que una partícula virtual desaparezca, ya se generan otras a partir de la semimateria. Por esto, una partícula real como el electrón se encuentra siempre rodeada por una nube de partículas virtuales (Fig. 5).

Figura 5. Un electrón real rodeado de su nube de electrones virtuales. El electrón observable es la suma de todos estos tipoes de partícualas

Una de las funciones que la electrodinámica cuántica le asigna a las partículas virtuales es la de introducirse como una pantalla electrostática entre el electrón real central y otra particula vecina. Gracias a este mecanismo de apantallamiento la electrodinámica cuántica consigue calcular correctamente, con un error menor del 10 - 9 %, el valor de las constantes físicas del electrón, lo que no era posible con la teoría de Dirac (6) del año 1928. En el caso del electrón la influencia de las particulas virtuales sobre el momento magnético de su carga es del 0,011% aprox, pero en el caso de otras particulas como el neutrón que no tiene carga, todo su momento magnético es debido a particulas virtuales (7).

Mientras existen, las partículas virtuales son materia igual a su correspondiente partícula real, por lo cual durante este tiempo no es posible que interactúen con la semimateria. Pero durante el tiempo que tarda la condensacion de una particula virtual que nace de la semimateria y durante el tiempo de su disolución en esta semimateria - el cual no puede ser nulo pues no existen en la naturaleza procesos que ocurren con velocidad infinita - la partícula virtual no es exactamente igual a su correspondiente partícula real, sino que posee una estructura intermedia entre materia y semimateria; en este momento sí puede interactuar con la semimateria y por lo tanto también con la parte semimaterial del alma/mente. El tiempo que tarda la generación y la disolución de una partícula virtual abre de esta manera una “ventana de tiempo” en la cual la materia virtual puede recibir influencias provenientes de la semimateria y como la materia virtual puede a su vez actuar sobre la materia real, resulta que las particulas virtuales hacen de “puente” entre la semimateria de la mente y la materia real (Fig. 6).

Figura 6. Representación esquemática del mecanísmo a través del cual la mente desplaza espacialmente a una partícula virtual en formación

La entrada al “puente partícula virtual” entre la mente y la materia son las interacciones semimateria-partícula virtual y la salida son las interacciones partícula virtual- partícula real. Tanto las interacciones de entrada como las de salida obedecen a las leyes físicas; las de entrada no pueden alterar la masa-energía ni el tiempo de vida de las partículas virtuales, pero sí pueden influir sobre el sitio del espacio o del tiempo donde aparece la particula virtual. Las interacciones de salida no pueden alterar la energía ni la masa de una partícula real, pero sí pueden cambiar fuerzas, porque estas NO ESTAN SUJETAS A LEYES DE CONSERVACION.

Considerando al electrón, las partículas virtuales no pueden influir en su cantidad de energía ni en su masa - por el principio de conservación de la masa y la energía - pero si pueden modificar la forma de su campo eléctrico. Cuando la mente, actuando sobre las partículas virtuales que lo rodean - en este caso electrones y positones virtuales - redistribuye la configuración espacial de estas alrededor del electrón, en la zona del espacio donde disminuye la densidad de las partículas virtuales su efecto pantalla disminuye y la intensidad del campo aumenta (Fig.7).

Figura 7. Campo electroestático de un electrón deformado por la influencia mental. El largo total sumado de todos los vectores fuerza electrica (flechas) es el mismo que en la Figura 5, por lo cual la carga eléctrica permanence constante

Las partículas virtuales desplazadas de esta zona aparecen en las otras direcciones, por lo cual allí el efecto pantalla aumenta y el vector fuerza disminuye. De esta manera la carga eléctrica total del electrón , que resulta de la suma-integral de todos estos vectores de fuerza eléctrica, permanece constante. No obstante ello, el cambio de distribución del campo eléctrico puede influir en formación de enlaces químicos, especialmente sobre la union química covalente, la más usual en los átomos de la quimica orgánica.

La unión química covalente se forma debido a una fuerza cuántica - que no existe en la física clásica - llamada “fuerza de intercambio” (8), cuyo valor es proporcional a la superposición del campo electrostático de los dos electrones que se unen (9). Si la influencia mental libera de partículas virtuales al espacio que se encuentra en la línea de unión de dos electrones, en esta zona de unión aumenta el valor del campo eléctrico superpuesto de ambos electrones, con lo cual aumenta la fuerza de intercambio entre ellos y por consiguiente la afinidad química entre las moléculas portadoras de esos electrones.

4. La acción mental sobre las enzimas

El cambio de afinidad química provocado por la mente es orgánicamente importante cuando ocurre en la periferia electrónica de un átomo que pertenece al grupo prostético de una enzima, el cual se acerca un sustrato (Fig.8). De esta manera la acción mental puede influir en la afinidad de la enzima por el sustrato, por lo cual cambia la velocidad de la reaccion catalizada por la enzima, e incluso podrían efectuarse reacciones que, a pesar de la presencia de la enzima, normalmente requieran una temperatura mayor. Esta acción mental sólo afecta a la afinidad, concentrando las fuerzas en una región del espacio, pero no suministra energía a la reacción química. Cuando la mayor afinidad desencadena un movimiento de partículas reales, que requiere energía, esta es suministrada por la energía exotérmica de la reacción catalizada.

Figura 8. Influencia mental que altera el campo eléctrico entre el electrón de una enzima y el de su sustrato, modificando así la afinidad química enzima-sustrato

La acción mental puede de esta manera cogobernar el metabolismo sin suministrarle ni quitarle energía.

El funcionamiento de nuestras neuronas, del cual depende nuestra conducta, es excitado por los sentidos, pero también puede desencadenarse una reacción química en una neurona, que implica un pensamiento o una intencion, por la influencia de la mente sobre las enzimas del interior de la neurona. El estímulo así producido no tiene porque favorecer la misma conducta que los estímulos provenientes de los sentidos y en esto puede residir la causa de muchos conflictos psicológicos. Cuanto más fuerza tenga el alma y la mente para actuar sobre las partículas virtuales, mayor será la conciencia interna de la persona y como tambien la variedad de las excitaciones sensoriales que parten del medio ambiente es muy grande, se crea una enorme variedad de situaciones y conductas que son las que causan las complejidades que estudia la psicología.

Este mecanismo de la acción mental también puede explicar porque el miedo es perjudicial; una mente desorganizada por el miedo puede ejercer su acción en cualquier sitio de la periferia de los electrones, que no se encuentra sobre la línea de unión con otro y en consecuencia la fuerza de intercambio entre ambos electrones, y con ella la afinidad química entre las moléculas que los portan, disminuye. A la inversa, un pensamiento positivo o una “imaginación terapeutica” puede ayudar a concentrar la acción mental en las zonas donde se la necesita, influyendo así, dentro de ciertos límites, en forma favorable sobre el metabolismo y el curso de una enfermedad.

La influencia mental no se encuentra limitada a las neuronas, sino que puede ejercerse en el interior de cualquier célula. La intensidad de la influencia mental puede variar de una persona a otra segun su predisposición y el training al cual se haya sometido. Esto explica el caso de algunas personas - yoguis - que consiguen controlar su metabolismo hasta límites casi increíbles, como para dejar enterrarse vivos. Pero a pesar de estas proezas mentales, los genes limitan también en ellos la duración de su vida, por lo cual también padecen de procesos derivados de la senectud, cuyo origen es solo genético-molecular.

Hahnemann creía en la existencia, mas allá del cuerpo, del alma o mente (15), y habla de la posibilidad de una influencia autónoma de la mente sobre el cuerpo en los Párrafos 224 a 226 del Organon (1). En el primero de estos párrafos explica como diagnosticar si un trastorno tiene su origen en la mente o en el cuerpo orgánico. El modelo aquí desarrollado esta pues totalmente de acuerdo con la doctrina hahnemanniana.

5. La acción mental sobre el ADN

De acuerdo al modelo aquí expuesto, la mente también puede influir en otro lugar neurálgico del cuerpo: el ADN. La información del ADN reside en una secuencia espacial molecular que debe actuar desde una molécula hacia otra molécula en las reacciones químicas celulares en que interviene el ADN y en el proceso de autoduplicación del mismo; la intervención de campos electromagnéticos continuos y alternos en las reacciones gobernadas por el ADN es forzosa, ya que en última instancia estos campos son los mediadores de toda reacción química, cuando las partículas intratómicas, antes de que las moléculas reaccionen, se acercan unas a otras. Como la mente puede modular a los campos eléctricos y electromagnéticos alrededor de partículas intraatómicas como el electrón a través del mecanismo que hemos expuesto, ella también puede intervenir en los procesos a través de los cuales el ADN dirige las reacciones químicas. Pero la acción mental sólo puede puede modular la acción de genes existentes, los cuales son la fuerza directora y matriz a partir de la cual se desarrolla el cuerpo orgánico. Si a la fuerza psíquica ejercida por la mente sobre las moléculas en general, las enzimas y el ADN le añadimos la fuerza directriz molecular del ADN y a este conjunto lo llamamos “fuerza vital”, veremos que la fuerza vital así definida posee propiedades en un todo coincidentes con las que Hahnemann le atribuye en el Organon. Cuando Hahnemann , cuyas observaciones siempre estaban basadas sobre la experiencia, dice que la fuerza vital carece de razón y es instintiva, se refiere a aquella parte de la fuerza vital así definida que proviene de los genes del ADN, y cuando dice que ella es espiritual (geistartig) y sintetizadora, se refiere a aquella parte de su influencia que proviene de la mente (Fig. 9). Y así finalmente hemos llegado a un concepto de la fuerza vital y de la estructura del ser humano que unifica y sintetiza las opiniones organicistas con las espirituales.

Mientras el organismo pueda mantener sus funciones y su homeostasia sin demasiada molestia ni esfuerzo, decimos que está sano. Este estado de salud es constantemente amenazado por noxas orgánicas como las influencias moleculares más o menos dañinas (10, §77) del medio (Fig.9) y definimos por noxa psíquica a la que puede afectar a la organización de la semimateria propia de la mente (10, §225).

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Figura 9. Representación esquemática del organismo humano siendo atacado

Los gérmenes patógenos son noxas que, además de su parte molecular, también pueden poseer una parte semimaterial más o menos desarrollada. Con esto no decimos que el germen posee un espíritu humano o alma, pero sí puede poseer estructuras construídas con semimateria capaces de originar una organización de sus partículas virtuales. Admitido esto último, si se quiere como hipótesis, se comprende lo que es un “miasma” hahnemanniano: es la parte semimaterial del germen, la que puede sobrevivir en el organismo del huésped aunque las defensas de este hayan destruído la base molecular del agresor.

El organismo humano posee una barrera de defensa contra la agresión molecular y otra contra la agresión semimaterial o psíquica. La barrera molecular es edificada por los genes; como estos cambian de persona a persona, la barrera puede tener defectos congénitos o genes excepcionales que confieren immunidad contra ciertas enfermedades. La barrera semimaterial es edificada por la mente, la cual, igual como el ADN, puede poseer caracteres innatos, los cuales originan diferencias entre la mente de una y otra persona. A esta imperfección mental se refiere Kent (2, p. 183) cuando dice “Debe haber habido un estado en la raza humana favorable al desarrollo de la psora: no podría haberse implantado en una raza perfectamente sana”. Por lo tanto también la barrera semimaterial difiere de persona a persona.

Al hablar de estos caracteres de la mente nos estamos refiriendo a la semimateria que el alma utiliza para interactuar con el plano orgánico, y no al órgano cerebro, cuyas enfermedades psiquiátricas pueden aparentar ser mentales pero tienen origen orgánico. Esto se ve cuando una enfermedad progresa en sentido inverso a la ley de Hering, pues entonces pueden aparecer síntomas mentales (10, §218) como cuando al detenerse la tuberculosis pulmonar, aparece locura de origen orgánico (10, §215-16).

Cuando una noxa se introduce en el organismo y consigue vencer a cualquiera de las dos barreras de defensa del organismo - la material o la semimaterial - comienza a acoplar su propia información a la información de la fuerza vital, interfiriéndola y modificándola. Entonces comienzan a manifestarse síntomas originados por la información extraña al organismo (patogenesias) los que a su vez provocan la reacción de la fuerza vital, lo que da lugar a los síntomas defensivos contra la enfermedad (Fig.9) .

Hahnemann describió el mecanismo de la acción terapéutica del remedio homeopático, el cual en términos científicos actuales sería una vacunación informática de la fuerza vital (11) a nivel electromagnético, que la capacita para desembarazarse por interferencia (mediante vibraciones desfasadas en 180º) de la influencia de los campos electromagnéticos - ya sean de origen material o semimaterial - de la noxa. Esto quita a la noxa su capacidad - ya sea sólo un metal simple que provocó una intoxicación crónica o un miasma - de acoplarse a la fuerza vital, por lo cual esta comienza a tratarla como a un cuerpo extraño y la elimina, con lo cual desaparece la causa de la enfermedad. Lograr esto es una tarea compleja. La enfermedad puede haber sido producida por noxas de especie diferente (moleculares, psíquicas y gérmenes mixtos) y a las modificaciones que estas noxas consiguen imprimir a la información de la fuerza vital hay que sumarle generalmente las modificaciones producidas por remedios alopáticos [hormonas, antibióticos, psicofármacos, vacunas que crean barreras nosódicas (12)] y todo esto se desarrolla en el tiempo acompañado de localizaciones y otros mecanismos de defensa como las exoneraciones que a su vez pueden crear síntomas secundarios, y es esta complejidad del hecho patológico la que hace que se presenten tantas posibilidades en la repertorización que justifican la máxima “no hay enfermedades sino enfermos” .

 


Bibliografía

(1) Samuel Hahnemann, “Organon der Heilkunst”, edición 6B editada por K.F.Haug, Heidelberg, Alemania, reeditada por la Ediotorial Hochstetter en Santiago de Chile, 1979 . El texto citado ha sido traducido del original alemán al castellano por los autores.

(2) J.T.Kent, “Filosofía Homeopática”, Editorial Albatros, 1977, Buenos Aires

(3) Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, de la versión inglesa de 1961, Génesis 2, 7, p.10

(4) Arthur S Eddington , “ La Filosofía de la Ciencia Física ”, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1946

(5) Gerard van't Hooft, “Teorías Gauge de las Fuerzas entre Partículas Elementales”, Investigación y Ciencia, Nº 47, p.58-77, Editorial Prensa Científica, Barcelona 1980

(6) R.P.Feynmann y S.Weinberg, “Las partículas elementales y las Leyes de la Física ”
Gedisa, Barcelona, 1991

(7) E. Segre , “Núcleos y Partículas “ , Editorial Reverté S.A. , Barcelona, 1972.

(8) B.Pullman, “ La Estructura Molecular ”, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1979

(9) W.Heitler, “ Elements de Mécanique Ondulatoire “, Presses Universitaires de France, 1949

(10) S.Hahnemann, “Organon de la Medicina ”, Editorial Albatros, Buenos Aires, 1982

(11) J.López Seco, H. Von Bernard y C.Mayer, “Nosodes y Autonosodes”, trabajo presentado en las Terceras Jornadas de Veterinaria Homeopática de la A.M .H.A el 14/6/99, en prensa en “Homeopatía”

(12) M Parés y Nogué, “La ley de las Barreras y las Vacunas”, Revista Homeopática de Barcelona, Año IX, Nº22, p.33-38

(13) M.Sapkowski, “Materia y Energía”, Gaceta Homeopática de Caracas, Volumen 2, Nº 1,
p.23-5, 1994

(14) A. Delinick, “Una hipótesis sobre como reaccionan los remedios homeopáticos y como surgen los síntomas usando las nuevas teorías físicas”, Revista Homeopática de Barcelona, 30, sept-dic 1995

(15) R. Larnaudie, “La vida sobrehumana de Samuel Hahnemann”, Editorial Leviatán, Buenos Aires , 1991

 

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